sábado, 11 de enero de 2014

Su llave.

Así como Alicia cruzó a través del espejo fue que ella quería hacerlo; abrir la puerta, suavemente y con paciencia hasta lograr vislumbrar la completitud de lo que había del otro lado. Mirar por la cerradura sólo podía darle una imagen parcial. Después de todo, las imágenes parciales tienen ése gran defecto de poder ser completadas mentalmente. Una ve, por ejemplo, algo parecido a un tridente, una superficie granulada amarilla y agua y puede imaginarse tranquilamente a Poseidón en una playa cuando en realidad era simplemente un plato de polenta. O al revés, porque una nunca sabe realmente. Pero bueno, hey, que nadie dijo que una no podía tener una imaginación algo amplia y surrealista, ¡joder! Que el punto de todas maneras sigue siendo el mismo. Abrir la puerta. Y no hay nada más simple a lo que se le tenga más miedo. ¿Qué hay del otro lado? Porque del otro lado puede estar lo que ella espera y eso le da pánico, exactamente igual que si no lo estuviera. Pero si no está lo que ella espera hay una infinidad de posibilidades. Siempre hay una infinidad de posibilidades detrás de una puerta cerrada. Por eso precisamente el problema es abrirla. Porque una vez abierta sólo está eso que estamos observando y se acabaron las especulaciones, nos quedamos con lo que hay y a hacerse cargo y te embromaste con lo que te quedó porque las posibilidades existían sólo en tu cabeza y del otro lado hay una realidad. Ahora, ésa es otra cuestión. Porque las posibilidades están sólo en tu cabeza y si están sólo allí entonces quiere decir que, a fin de cuentas, no tenés nada. Absolutamente nada. Y si no tenés nada, ¿por qué, exactamente, tenés tanto miedo de abrir la puerta? No es que tuvieras algo que perder después de todo excepto, tal vez, tus ilusiones. Pero no se vive de ilusiones, ¿no? Quiero decir, si ella no abre la puerta y se queda simplemente mirando por el ojo de la cerradura sólo tiene ilusiones y moretones en las rodillas. Sólo eso. ¿Y qué hace con eso?¿Qué hace con los pensamientos de "deseo estar del otro lado de la puerta" cuando no se anima a cruzarla? Es por eso que son peligrosas. Son peligrosas si sólo se vive de ellas, te sumergen en un mundo de posibilidades imposibles, de impotencia, de involuntariedad, de inacción. Te detienen en un submundo irreal de autocontrol. Porque sí, por supuesto, que así ella va a lograr la estabilidad, porque ella puede hacer con su mente que del otro lado de la puerta haya todos los días una cosa distinta dependiendo de cómo se esté sintiendo. Hoy hay un amor, mañana hay dinero, pasado un viaje, la semana que viene... la semana que viene simplemente quiere una pesadilla, porque a veces le gusta crearse sus propias angustias. Hey, que no es masoquismo, ¡joder! Que después de todo se las está inventando ella y las puede controlar de la manera que sea. Y esa maldita puerta. Siempre es culpa de esa maldita puerta. ¡Por supuesto que es la puerta y no ella la que no quiere abrirla! Si ya le dije yo que lo hiciera, que lo que estaba del otro lado podía asustarla todo lo que quisiera pero que nada iba a ser peor que la infinidad de posibilidades imposibles que barajaba en su cabeza pensando qué exactamente era eso que ella veía a través de esa condenada cerradura. ¿Pero qué quiere que haga yo, que la fuerce? No puedo, ya ella va a hacerlo sola. Y si no lo hace, no es mi problema, que se quede ahí, estancada, sin mover su vida para ningún lado simplemente por miedo. A mí con eso ya no más, ya me cansé. Pero usted confíe nomás, que ella en algún momento lo va a hacer, dele un poco más de tiempo. Cada vez se acerca más y se da más cuenta de qué es exactamente lo que está pasando. Sólo le falta darse cuenta de un solo detalle para intentarlo. Uno solo. Esa puerta no se va a abrir sola, la tiene que abrir ella y no se tiene que abrir lentamente sino de golpe. Y cerrarla dando un portazo, uno de esos bien fuertes que dejan retumbando todas las paredes de la casa.

3 comentarios:

lau dijo...

la blogosfera te extraña.
deja de ver tantas series y produci algo.

Loohan dijo...

Te quiero, tonta.

lau dijo...

^^