viernes, 30 de julio de 2010

Sí, cambié los colores y el fondo de mi blog.
Siempre, desde hace tres años, había sido de color negro y ayer, en un impulsó, decidí renovarlos. El negro ya no encaja con mi forma de ver la vida, ni con mi manera de ser. Una nueva alegría se está apoderando de mí que proviene de la independencia y el amor adquiridos y derivados al resto del mundo. Estoy queriendo sin sufrir porque no estoy esperando nada a cambio, porque la naturaleza me da todo sin pedir nada. Encontré, en este último tiempo, la estabilidad. Porque todos los días son un nuevo día y eso me gusta. Estoy en paz conmigo misma y mi pasado, porque pude perdonar a otros y perdonarme a mí misma. Y es gracias a mi etapa introspectiva que llegué a este punto, al punto en el cual encontré eso. Eso completamente inexplicable y etéreo que sin embargo existe y me mantiene conectada al todo.
Y, en este momento sólo puedo hacer una cosa - que ustedes pensarán como inútil porque esa persona que impulsó ese cambio drástico en mi persona ya no está más en mi vida - y es agradecer. Le agradezco por haber hecho las cosas de la manera en que las hizo. Porque, si bien en su momento pensé que se había equivocado, hoy, meses después, veo que no. Y que todo eso me sirvió a mí para construir un yo menos dependiente, más coherente y que se respeta más a sí mismo. Un yo más yo. Menos infantil, menos utópico y más realista, pero con más ganas de vivir y ser. Esa persona me mostró lo que quiero ser y me hizo empezar a serlo. Pero no por ella, por mí. Sólo por mí.


Un brindis por mí y por lo que me enseñaste sin querer hacerlo..

No hay comentarios: