miércoles, 11 de mayo de 2011

Efecto "Rollercoaster".

Por primera vez en mi vida estoy en una relación sin efecto rollercoaster. Podría decir que, finalmente y después de mucho tropezar, estoy haciendo las cosas relativamente bien y esta relación naciente es bastante sana. No hay abruptas caídas ni agudos picos, los problemas se arreglan con el diálogo y no a las puteadas o amenazas de "te voy a dejar" y no hay ni celos ni dudas sobre la fidelidad de la otra persona en lo absoluto, o tal vez sí, pero cada una se hace cargo de que es un problema propio de inseguridad y no lo restriega en la cara a la otra como una excusa y sin pruebas.
Ayer una amiga me dijo que las relaciones así eran grises. Y la verdad, no podría estar más en desacuerdo. No porque no tenga la adrenalina extrema de la sensación de "si nos peleamos me va a dejar", la relación es gris. Porque yo siento y me siento bien estando con ella, la paso genial y disfruto el tiempo compartido, cosa que no me pasaba con otras relaciones grises que sí he tenido. En una relación gris no te importa realmente que la otra persona esté o no esté, sienta o no sienta, sentir o no sentir. En una relación gris te da igual todo y esta no es así, porque a mí no me da igual nada. Simplemente la estamos llevando con cuidado, intentando herirnos lo menos posible y queriéndonos más. Y, sobretodo, intentando respetarnos, como personas completamente distintas que somos y eso se siente bien porque, por primera vez, estoy con alguien a quien yo realmente le importo y no soy sólo yo a quién realmente le importa la otra persona.

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