Unas palabras en un aparato. Las mismas palabras repetidas en tantas oportunidades, tanto tiempo, son releídas varias veces. La incredulidad se apodera de su persona, después de todo lo dicho, después de todo lo hecho, todavía le resulta imposible pensar que siga teniendo el descaro de mentir de esa manera. Después de que la máscara cayó, de que sus excusas fueron analizadas hasta el cansancio sin pasar las pruebas. Después de absolutamente todo, sigue apareciendo con esas palabras vanas, irreales, que ya no tienen sentido.
La enoja pensar que causaron efecto, por el significado en sí, por el descaro del remitente. Se pregunta si de verdad serán para ella, porque suenan equivocadas, todo suena equivocado: su sonido, su consonancia, los números desconocidos pero conocidos de arriba. Se pregunta si responder, pero no sabría qué poner. Ya no sabe si las palabras la representan a ella también, a lo que siente. Ya no sabe nada desde hace un tiempo. Pero aún así, no puede evitar notar la ausencia de otras palabras y se pregunta si ya no existirán, o si sería verdad lo que ella pensaba de que nunca existieron en realidad. Se da cuenta que, a pesar de su sorpresa, de su resistencia hacia las palabras, está desilusionada. Y muy inconscientemente - o tal vez demasiado consciente - nota que es la ausencia de las otras palabras lo que la tiene así. Lo no dicho la desilusiona, fue lo que siempre lo hizo, en primer lugar. Junto con lo no hecho.
Así que finalmente, decide simplemente no responder, a pesar de haber encontrado las palabras perfectas, la idea de lo que quiere decir aunque no sea exactamente lo que siente, mas lo que ahora la identifica, lo que ahora le sale, lo que quiere creer con todo su ser que es cierto: I need you less and less everyday.
-------------
Lo mismo del flog, pero merece quedar más tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario