lunes, 15 de junio de 2009

Ahora me demuestras lo cruel que has sido conmigo, cruel y falsa. ¿Por qué me despreciaste? ¿Por qué traicionaste a tu propio corazón, Cathy? Yo no tengo una palabra de consuelo. Tú te mereces esto. Tú misma te has dado muerte. Sí, ya puedes besarme y llorar y arrancarme besos y lágrimas: te abrasarán... te condenarán. Tú me amabas, entonces, ¿qué derecho tenías para sacrificarme? ¿qué derecho, responde, al pobre capricho que sentías por Linton? Porque miseria, degradación, muerte, nada que Dios o Satanás nos pudiera infligir nos hubiera separado, tú, por tu propia voluntad lo hiciste. Yo no he destrozado tu corazón, tú lo has destrozado, y, al hacerlo, has destrozado el mío. Tanto peor para mí que soy fuerte. ¿He de querer vivir? ¿Qué clase de vida será cuando tú?... ¡Oh Dios! ¿Te gustaría vivir con tu alma en la tumba?
Bésame otra vez pero no pidas que mire tus ojos.

3 comentarios:

Natalia Stolze dijo...

la traición viene de la mano con la desilusión... (U)

Loohan dijo...

Lo más raro de todo, es que no me desilusionó.. Esperaba que las cosas terminaran como lo hicieron, era lo más predecible..

Natalia Stolze dijo...

No se que es mejor para el corazón, el ya saber la verdad de la milanesa o la sorpresa...