Bitácora de una Exploradora

Hoy, cuando miraba al vacío en un Burger King de Flores mientras alguna profesora de microbiología daba clase en un aula en la que yo no estaba, se me vino a la cabeza esta conclusión: mi vida gira en círculos. Y no lo digo por la repetida hilera de los tres mismos cuerpos que pasaron por mi cama en estos dos años, no. Lo digo por las personas a las que suelo recurrir cuando me desarmo, cuando necesito apoyo emocional, aunque sepa que no pueden darme exactamente lo que necesito, porque no son exactamente lo idóneo para mí.

Tengo la incapacidad emocional de recurrir a personas nuevas o recién conocidas cuando estoy mal, lo cual es lógico. Pero cuando eso sucede, no soy de recurrir a amigos.. Busco amores. Viejos amores. Esos que en viejas épocas supieron darme la contención que yo necesitaba. La que necesito nuevamente. Y no es que quiera más o menos a uno o a otro, los quiero de diferente manera, porque son diferentes amores, que me dieron diferentes cosas en algún momento de mi vida. Amores fallidos, amores que nunca van a ser lo que fueron, y sé que no van a prosperar, pero que necesito para engañarme momentáneamente. Para hacer de cuenta que nada cambió, que sigo siendo la misma persona, la misma mujer, la de siempre. Que ya no soy lo que soy ahora, que no estoy sola, que existo para alguien y no sólo para mí misma. ¿Sabrán disculparme ustedes, tres personas, el que vaya alternando constantemente? ¿Que reemplace a una con la otra, porque cada una me da algo que me hace falta? Una contención, racionalidad y lealtad; la otra ternura; la otra amistad. Una que siempre estuvo y está, otra que se fue para nunca más volver y cuya pérdida yace en lo más hondo de mi alma y la otra con la que la relación varía constantemente dependiendo de las necesidades de las dos. ¿Sabrán entender eso?

Es con esas personas que necesito estar y hablar, siempre con esas. Porque no soy capaz de bajar mis barreras con cualquiera, sólo con ellas. Son sólo sus abrazos los que necesito en momentos de debilidad, los de nadie más.
Y hoy, en ese Burger King de Flores, pensando en el fin de semana, en todo lo que había pasado, repitiendo besos y abrazos en mi cabeza, pensando que cuando me imaginaba caminando por esas calles me había imaginado con otra persona pero estaba con vos, caí en eso. Y me di cuenta de que, a pesar de lo que había imaginado, estaba contenta de haber recorrido esas calles con vos, porque eras la persona con la que quería estar en ese momento. Sos la persona que quiero repetir en este momento.

Gracias, porque vos sabés. A pesar de que no me lo digas, sé que sabés. Todo. Y aún así, estás. Te quiero.

Moving forward by going backwards.