lunes, 9 de agosto de 2010

He vuelto, después de un tiempo de paja total. Tenía vacaciones y pocas ganas de escribir debido a mi hermoso tres en mi libreta (¡Un tres, turra!). Aunque no me deprimió demasiado, salí cagándome de risa y pensando que me había sacado más nota de la que pensaba -un dos-.
Mi poca bola a la facultad últimamente -de los últimos meses- es tremenda. Casi no estudio y aún así consigo aprobar -algunas- materias y hasta promocionarlas. El día de hoy tenía que estar presente en una recursada primera clase de Nutrición y acá estoy, en mi departamento, escribiendo esto. La crisis facultativa que estoy pasando se la regalo a cualquiera, si quieren le pongo un moñito y todo.

Y, cambiando totalmente de tema, todavía estoy esperando a que lleguen todas esas confusiones que sé que van a venir. Será que todavía no me acosté a dormir y estoy en un estado de patético sonambulismo. Cedí mucho de mí con eso y ahora se vienen todas esas preguntas sin respuesta que suelen acorralarme cada vez que la veo. Y todas esas contradicciones encerradas en el pecho, los frenos y las ganas. Y los celos, principalmente los celos. No, no, no, no. No te pertenece. Entendé que no te pertenece. Y si vos no querés, ¿por qué tiene ella que hacer lo que vos querés? Estar, pero sin que vos estés. Dar, sin que vos des. Todo es un ida y vuelta. Es pero no es. Y en tu caso querés que no sea, pero pareciendo que lo es. Y así no se puede. Dar, para recibir.




Ojalá todo fuera tan fácilmente controlable, pero no lo es.

No hay comentarios: