Entonces, ¿hasta dónde? ¿a quiénes? ¿quiénes son todos esos que entran, leen y se van? ¿por qué lo hacen? Y, por sobre todas las cosas, ¿debería dejar el camino abierto para que, todas esas personas que ya me conocen, vean esta parte de mí también o debería bloquearlo? ¿me cierro un poco más o me dejo fluir?
Creo que ya sé la respuesta.
Y acá es en dónde me doy cuenta de cuán poco me simpatiza mi propia vulnerabilidad
y cuánto me avergüenzo de ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario