miércoles, 25 de enero de 2012

Dolor de piernas.

Hoy me fui al piso dos veces porque después de trece años me subí nuevamente a unos rollers y, además de caerme un par de veces, duré sobre ellos exactamente quince minutos. Los cambié por una bicicleta, vieja amiga que nunca olvido y que no suele dejarme tan cerca del asfalto salvo contadas excepciones. Y finalmente, para rematar, un carrito para dos con mi novia.
Así se aprovecha enero sin estudiar, gente. Y, si vieron, en una de esas, en los bosques de Palermo a una piba que pasaba más tiempo en el suelo que parada sobre dos patines, les tengo que informar que esa era yo. Fue lindo rememorar esos tiempos de la infancia y creerse nuevamente invencible tratando de deslizarse sobre ocho rueditas en hilera, dándose cuenta, a la vez, que una ya no está tan flexible como antes y tiene bastante más kilos de más que arrastrar consigo.


Próxima meta: conseguir laburo para comprarme unos rollers.

No hay comentarios: