sábado, 8 de diciembre de 2012

Esas pequeñas grandes coincidencias que te cambian las perspectivas de las cosas. Empezar a conocer a alguien que te está haciendo muy bien para terminar cayendo ambas en la cuenta de que las dos estuvieron momentáneamente en la vida de ésa compañera tuya del secundario que falleció hace unos años. Y ahora me pregunto, ¿será que vos, desde ahí arriba me hiciste conocerla o fue pura casualidad? Si sos vos, ¿será que me estás intentando decir que perdonás todas esas cagadas que me mandé y por las que nunca te pedí disculpas por ser una cobarde y una pelotuda?
De repente se me revuelven todos esos sentimientos de mierda por nunca haber hecho las cosas que debería haber hecho. Tal vez debería decirlo ahora, por escrito, ya que nunca voy a poder decirlo en voz alta.

Perdoname por ser una mierda con vos, Luli.

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