lunes, 1 de noviembre de 2010

The neverending story

La vio ahí, en su cama, como muchas otras tantas veces. Estaba de espaldas a ella y dormía plácidamente. Hacía mucho tiempo que no la tenía en ese lugar, seis meses, tal vez. Tres desde la última vez que durmió con ella en su cama. Y empezó a repasar toda su historia, la de ambas, de principio a fin, de tres años y tres meses atrás hasta ése momento, en el cual se encontraba ella observando su cuello. Una historia rara, de idas y vueltas, enigmática para muchos y más aún para ellas. Una historia de desplantes, desencuentros de sentimientos, de lugares, de tiempos. Inoportuna, como eran las dos, pero interminable. Con cuerpos involucrados y amores fugaces entremetidos, con estallidos de tormenta y silencios prolongados intermitentes. Con la rutina y la vida caminando por delante y escapadas varias de ambas partes al otro lado del arco iris. Era una historia atípica, de esas con las que una no cuenta pero que alivian un poco el dolor del alma.. y muchas veces lo causan. Era su historia, sólo de ellas. Porque nadie las conocía mejor que la una a la otra, nadie podía hacerles sentir un placer semejante, ni hacerlas sentir más en confianza que entre ellas. Y ella era más ella misma que nunca cuando la veía y, más aún, cuando era la propia desnudez del cuerpo la que desnudaba el alma. Y así eran las cosas -pensó-, y la abrazó. Así serían las cosas, -continuó-, hasta que alguno de esos amores fugaces, llegara para quedarse.

2 comentarios:

lau dijo...

te quiero tanto. tanto.
esto es una copia de lo que escribia mentalmente en el tren de anoche.

gracias por este y tantos findes..

Miss.K dijo...

Me gusto mucho la manera en la que expresaste la relacion entre ustedes. Lindo escrito.