sábado, 18 de diciembre de 2010

Cambiar tu forma de vestir no implica que vas a cambiar lo que sos, o que algo de vos va a cambiar en absoluto o al menos eso se supone. En mi caso, mi forma de vestir acaba de cambiar para adaptarse a esta cosa nueva y  extraña que soy, para dejar de identificarme con lo que era.
Ese disfraz de lo que solía ser ya no encaja conmigo. La metalera/gotiquita ya no es tan parte de mí como solía serlo antes. Mi banda favorita, extrañamente, dejó de ser Within Temptation, para pasar a descubrir que ya no tengo una que me encante. Para descubrir que me gustan muchos tipos de música por igual, sin preferencias de uno sobre otro, que soy cambiante, variable, adaptable. Y en todos los sentidos, no sólo en el musical.
El cambio, al que antes era tan reticente, está comenzando a ser aceptado, porque es una parte de mi naturaleza. Y aceptar esa parte de mi persona es incluso más importante que aceptar del todo mi ya asumida sexualidad.


Soy cambio, todo mi yo lo es.

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