Recuerdos en resumen.

Tengo unos resúmenes al lado, el título de la primera hoja reza "Sistema Respiratorio" en mayúsculas y arriba de los renglones principales de la típica hoja de cuaderno universitario. Está medio roto, con esa pinta amarillenta de haber estado bastante tiempo encajonado después de haber pasado por algunas manos y con algunas hojas semi-salidas y dobladas por haber sido utilizados más de una vez.
Los saqué de su santuario de apuntes y libros porque sé que le van a venir bien a alguien que los necesita. Es el resumen entero de una materia larga pero hermosa, que amé de principio a fin. El amarla dio sus frutos, es una de las notas más altas que tengo en mi libreta. Y sí, humildad y relato aparte, dije "una de las más altas".
No me acordaba de que se los había prestado. Me acordaba de los de fisiología, pero no de estos. Tiene sentido de que se los haya prestado, si yo cursé esta materia cuando estaba en algo con ella y ella estaba un cuatrimestre más atrasada que yo. Así que, imaginando, la debe haber cursado al cuatrimestre siguiente, con mis apuntes.
Hoy cuando los miré de nuevo, noté que tenían palabras cursiva en lápiz por todos lados. Correcciones, anotaciones,  aclaraciones. Todos, hechos con una letra ajena. Con la suya. Con la de esa persona que me inspiró a mí, en su momento, a escribir acá más seguido de lo que lo hice nunca. Cuando me di cuenta de las marcas, me sonreí. Fue esa sonrisa en respuesta a algo que trajo todos los recuerdos de nuevo. ¿Te acordás de cuando, además de los besos y peleas por celos y amores, éramos cómplices?¿Cuando nos dábamos una mano siempre? Sonreír por esos recuerdos.
Los dejé a un costado, del otro lado del que están ahora para ir a verificar que fuera su letra. No tengo recuerdos de haberle dado esos apuntes, pero recuerdo perfectamente la letra de mis otros amigos y no era la de ninguno de ellos. Es increíble todo lo que una mente olvida cuando realmente quiere olvidar. Sólo tengo dos cosas que ella me dio. Un dibujo con una dedicatoria y un palito de helado escrito. Cosas que no miro desde que dejé de hablar definitivamente con ella, hace dos años. Cosas, confieso, a las que les tenía miedo.
Las fui a buscar y no tuve que revolver mucho, la verdad. Tengo muchas cajas de recuerdos pero sabía perfectamente que podían llegar a estar sólo en dos. Y las encontré de una. Miré primero la nota con el dibujo. Escrita en imprenta. Busqué, entonces, el palito de helado. Imprenta también. Podría haber ido a revisar los apuntes y ver si había algo escrito en imprenta o no, pero creo que habría sido al pedo, creo que sabía que esa era realmente su letra y que el "ir a verificarlo" fue, simplemente, una forma de ponerme a prueba a mí misma abriendo el baúl de recuerdos al que tanto miedo le tenía.
Revisé el papel con el dibujito y leí del otro lado, escrito por una letra muy conocida porque era la mía, un "Te amo, Nadu". Nada pasó realmente, no fue tan terrorífico como creía que iba a ser. No se movió la tierra, ni hubo un terremoto, ni se sacudió el piso, ni pasó nada más que los pocos segundos que lo hicieron mientras yo leía. Esas cosas, esas palabras parecían pertenecer a alguien que, hace mucho tiempo, solía ser yo; a un pasado que ya no siento como propio. Me sentí una extraña frente a mis propias palabras. Ya ni siquiera el apodo me resultaba familiar, ya que, en mis adentros y para la gente, nunca más le dije así desde que dejamos de hablarnos. A partir de ese momento, siempre fue Nadia. Nadu mientras estaba con ella, Nadia durante los últimos dos años, nadie ahora.
Me sonreí de nuevo, no sé si por los recuerdos o la sensación de triunfo, de haber, finalmente, dejado ir algo que tanto había dolido. De haberlo puesto a prueba y haber sobrevivido. O, simplemente, de saber que puedo recurrir a los recuerdos y pensar en una época de mi vida relativamente tormentosa pero llena de buenos recuerdos también.  Me sonreí de nuevo, tal vez, por estar en paz con mi pasado. No lo sé, pero lo bueno es que me sonreí.
Esos apuntes de esa materia tan amada, de mi favorita, van a pasar a otras manos ahora, a otra persona que los escriba, los borre, los marque, los aclare, los corrija, que los edite y los mejore. Y espero que así pasen de mano en mano a aquella gente que le sirva porque para eso están, porque para eso sirven y porque para eso los hice. Hoy los despido. Hoy se los doy a mi novia para que se los de a su mejor amiga. No espero que la gente ame esa materia como yo lo hice, sólo espero que mi amor por ella, les facilite las cosas.