sábado, 1 de octubre de 2011

Bizcochos agridulces.

Quedar desempleado es una sensación agridulce, sobretodo cuando tu empleador era un conocido callcenter. Te encanta no tener que volver a escuchar a los yankees gritándote, puteándote y no creyéndote sólo por el simple hecho de no ser estadounidense. "Transfer me to someone in the United States" no more. "Transfer me to someone that can speak english" no more -¿en qué te pensás que te estaba hablando, Debbie, si me podías entender perfectamente lo que te decía?-. Todas esas cosas que no voy a extrañar. Las colas de breaks, la ausencia de avail, el no poder descansar, el que te griten por el after al minuto de haberte puesto en él.
Pero, la gente. Ah, ustedes saben lo que la gente siempre logra en mí. Que aunque me haga la insensible y la distante, la gente siempre me llega y mucho. Hay gente ahí adentro a la que ví todos los días durante cinco años. Que empezó conmigo y terminó conmigo, que estuvo todo el tiempo ahí. No queriéndonos mucho en un principio y queriéndonos bastante ya en el final, después de habernos descubierto como personas. Mis amigos del laburo y algunos no tanto pero que hacían mucho. El hecho de verlos y, automáticamente, ponerte de buen humor por saber que te van a hacer cagar de risa. O, verlos y no ponerte de buen humor, pero saber que te conocen lo suficiente como para no interferir con tu enojo momentáneo. Gente que te conoce mejor que nadie. Llegar y que se den cuenta que algo te pasa, aunque ni vos misma sepas qué y que, silenciosamente vengan y te den un abrazo reconfortante. Eso y más es lo que voy a extrañar.
Era, quiera que no, parecido a una secundaria y ayer fue la fiesta de egresados. Ayer fue la despedida. Los mejores recuerdos del mundo me van a quedar de la gente de mi trabajo, no de mi trabajo en sí. Y ruego y espero y quiero y deseo volver a verlos en algún momento de mi vida, porque ellos se sienten como mis verdaderos compañeros. Tal vez no los elegí como compañeros de trabajo, pero sí los elegí y elijo todavía como mis amigos y como aquellas personas que quiero que sigan formando parte de mi vida aunque no podamos ya vernos todos los días, de lunes a viernes.
Sí, y yo sé que ese era un laburo de mierda, pero ahí adentro encontré a las mejores personas, incluso a la persona que amo y por eso les deseo que sean felices. No necesito desearles más que eso, eso es todo.



Para Caro, Maggie, Pachi, Florrancia, 
Jess, Peque, Hannibal, Vero, Melgody, 
Ropps, Mayra, Dany, Max, Nai, Pau. 
Para todos ustedes: gracias por formar parte de mi vida.

5 comentarios:

Jorge Curinao dijo...

El mal de no creer es creer un poco.

Mauro Avalo dijo...

Que bueno, ojala perduren los buenos recuerdos che, siempre te leo... Comienza una nueva etapa, buena suertE!!!!

Pachi Zor-El dijo...

El título me hace acordar a Kachira y me emociono, mujer...

-eme- dijo...

Callcenters... la gente más personaje y loca linda está en esos lugares..

Loohan dijo...

Mauro: Los buenos recuerdos siempre perduran, obvio. Y tengo ganas de comenzar esta nueva etapa, pero viste que siempre algo de miedito da. =P

Pachi: Es totalmente Kachira, esa era la idea. Emocionémonos juntas. =P

-eme-: Tienen la gente más extraña que puede haber, ¡justo como una! Por eso los voy a extrañar tanto.