No iba a escribir lo que estaba pensando, pero la suma de circunstancias me obliga a hacerlo. No sé cómo hacer, no sé cómo consolar a la gente cuando está mal. ¿Alcanza un abrazo? No hay palabras, no debe haber una sola palabra que pueda ayudar en un momento así. Y me siento impotente, porque lo que más querría yo es que esa gente no sufra, porque es gente que aprecio, gente que valoro, que me importa. Quiero estar ahí pero.. ¿cómo hacerlo? Cuando no sos ni demasiado cercana, ni demasiado lejana.
Lo único que me sale hacer es ofrecerles mi compañía, por muy poco que sé que es, estar pendiente.. y escribir unas líneas en un blog que no van a leer, para tratar de drenar un poco esa impotencia que me invade cuando estas cosas pasan.
Marga, sé que no vas a leer esto, pero yo estoy, siempre. Te quiero, muchísimo.
Bele, sé que casi no nos conocemos, pero podés contar conmigo también.
No hay comentarios:
Publicar un comentario