lunes, 2 de julio de 2012

Homeorresis.

Encanto que no es encanto que punza la piel hasta penetrarla, socava cruelmente la carne, roza suavemente el hueso y se entierra sutilmente en el corazón. Que se fusiona con la sangre y se deja fluir; extraño metal que hiela como el acero, es hierro de respiración discontinua y arrastra, a pulsaciones, la cota de malla a cada extremo. Bala de plata que fabrica la bandeja en la que se entregan las manos indecentes de aquellos que osan venerar a una diosa pagana. Gozo agridulce que circunscribe la razón, enmudece las lenguas de los creyentes e implosiona la médula del ser.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo que queda del día, lo que queda del cuerpo, lo que queda de la ciudad, lo que queda de los amores, lo que queda del alma, lo que queda de la memoria, lo que queda de ganas. En fin, lo que queda.
-María Elena Walsh.

Gabriela Aguirre dijo...

Tanto para decir que la minita le gusta (por usar un eufemismo de "calienta").
Agregue el autor, Loohan, es interesante.

(lo que queda de los amores, sobre todo de los inconclusos, suele ser dolor, lo que es una porquería, claro)

Saludos!

Loohan dijo...

Si usted habla del comentario, no sé quién lo puso pero ahí dice que es de Maria Elena Walsh. Si usted habla del autor del escrito del post, fui yo. =P

Y, cuando quiero, puedo ser una mina muy vueltera. xD

¡Besote!

Gabriela Aguirre dijo...

Vueltera!
Jajajajaj!

(lindo escrito, muy)